El Gobierno británico no tiene otra alternativa que admitir que la cifra de muertes por coronavirus en el Reino Unido ha alcanzado niveles alarmantes, pero pide sin cesar a los medios que eviten las comparaciones con otros países hasta que la pandemia esté globalmente controlada. En estos momentos, dos organismos oficiales presentan cifras con regularidad, que necesitan ser explicadas en su metodología para evitar confusión. Si bien es cierto que, en ambos casos, el número total es el más alto de Europa. La Oficina Nacional de Estadística (ONS, en sus siglas en inglés) acumula todos aquellos casos en Inglaterra y Gales donde el parte de defunción firmado por un profesional sugiera que la covid-19 ha sido un factor influyente en el deceso. Hasta el 2 de mayo, la cifra era de 29.648 fallecidos, que sumados a los de Escocia e Irlanda del Norte, que llevan a cabo su propio recuento, suponía un dato récord de 32.313. Horas después, el ministro de Exteriores, Dominic Raab, anunciaba en la rueda de prensa diaria los números recolectados por el Servicio Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en inglés), que acumula aquellos casos en hospitales, residencias y hogares en los que se ha realizado un test y ha dado positivo. La cifra era de 29.427 muertes.
“No tendremos un veredicto real hasta que todo esto haya terminado. Porque cada país tiene diferentes métodos para contabilizar las muertes, y porque depende también mucho de la eficacia que cada uno tiene en el manejo de sus estadísticas. La ONS tiene prestigio internacional por su seriedad”, explicaba Raab. La Oficina Nacional de Estadística realiza además la comparación promedio del número de fallecidos cada mes en años anteriores con las circunstancias actuales, y existe un amplio consenso en que esa cifra es la que más se acerca a la realidad de una pandemia que ha causado estragos en pacientes que ya sufrían patologías previas o que no han recibido la atención necesaria por el desbordamiento de los servicios públicos sanitarios en los últimos meses. O por el propio deterioro de la salud que ha provocado en muchas personas un confinamiento que, si bien no ha sido tan extremo como el de otros países, ha obligado a la mayoría de ciudadanos a permanecer encerrados en sus hogares.
La cifra de muertes por cada 100.000 habitantes sigue situando al Reino Unido (42,9) en cuarta posición europea, por detrás de Italia (47,8), España (54,1) o Bélgica (68,7), pero los datos diarios reflejan que la pandemia no está controlada de un modo homogéneo en los distintos ámbitos de riesgo. Mientras el número de muertes en los hospitales ha comenzado a reducirse notablemente en los últimos días, la situación dista de ser óptima en las cerca de 15.000 residencias para mayores que hay en todo el país, donde el número de test realizados está muy por detrás del objetivo previsto y solo ahora comienzan a llegar los equipos de protección personal reclamados desde el principio por los responsables de estos centros.