Como es sabido las personas de edad avanzada son especialmente vulnerables al coronavirus y por ello, deben cumplir al pie de la letra con todas las recomendaciones para prevenir un posible contagio que conlleve serias consecuencias. El rango de edad más predispuesto a contagiarse y a desarrollar síntomas más graves es el de las personas con más de 65 años. El propio envejecimiento y las patologías previas que puedan presentar las hace más frágiles y pueden agravar la infección.
Es fundamental en estos casos apoyarse en la experiencia previa de vida y recordar aquellas situaciones graves que se han superado con éxito para poner en valor la resiliencia de cada uno.
A menudo, se tiene la falsa creencia de que a los adultos mayores no les cuesta quedarse en casa debido a que previo a la pandemia llevaban una vida pasiva y sedentaria. Esto es totalmente falso, ya que muchos ancianos tomaban con cotidianeidad el hecho de salir a hacer las compras, visitar a los nietos, ir a cobrar el salario, asistir a los bingos o tragamonedas y en múltiples casos optaban por realizar actividades físicas al aire libre como caminatas por los lugares verdes más cercanos.
Es por ello que ratificamos una y otra vez la importancia de que los mayores se mantengan activos pese a tener que quedarse en sus casas. A continuación algunos consejos para pasar de la mejor manera estos días tenebrosos que tendrán su fin con la llegada masiva de las vacunas.
La tecnología como amiga
Nunca es tarde para entrar en el mundo de la virtualidad. Lo ideal es aprovechar al máximo las oportunidades que nos brinda la tecnología y utilizar las redes sociales y las videollamadas para ver y hablar con familiares y amigos. Es una forma indispensable de mantenernos unidos junto a nuestros seres queridos y de paso acondicionarnos con las nuevas realidades.
Evitar sobre informarse con los medios de comunicación
Dosificar y administrar la información como si se tratase de medicamentos, es vital en los tiempos que corren donde el bombardeo comunicacional es tan amplio e intenso que nos puede afectar a nuestra salud mental. Mantenerse informados, pero con 30 minutos al día sobre el tema es suficiente (por ejemplo algún telediario). El resto del día intentar estar distraído con otras actividades: películas, series, sudokus, leer, hacer crucigramas, sopas de letras, punto, o juegos de mesa o de cartas si conviven con alguien más. Si no hay problemas importantes de visión o destreza manual, una idea es empezar a escribir un diario o sus propias memorias ya que ahora contamos con mucho más tiempo que antes.
Pese a todo: hacer actividad física
Suena difícil, pero hay que intentar no pasar más de dos horas seguidas estando sentado. Pese a la ausencia del aire libre, podemos caminar por el pasillo y las habitaciones varias veces cada día. Asimismo, y durante el día, procuremos levantarnos de la silla cada una hora y movernos un par de minutos. Por ejemplo, una buena alternativa es levantarse para cambiar el canal de la televisión en vez de hacerlo con el mando. Otra opción es hacer ejercicios con los tobillos y las rodillas, además de establecer una rutina con una tabla de ejercicios físicos para realizar en casa una vez al día. Cualquier detalle cotidiano es una buena excusa para mantener nuestro cuerpo en movimiento.