La curiosa decisión del tribunal de Arizona hará que “Mickey” pase el resto de su vida en un centro de adopción. Además, fue castrado y se le quitarán los colmillos.
Una particular condena recibió un perro pitbull que en febrero pasado deformó la cara de un menor de edad en Arizona, Estados Unidos, desatando un intenso debate local.
La curiosa medida fue decretada por la jueza del tribunal local, Deborah Griffith, quien optó por perdonar la vida al animal –ante presiones que apuntaban a hacerlo- y fue “condenado” a ser castrado, quitado de sus colmillo y, lo peor de todo, mantenerse de por vida tras las rejas en centro de adopción para animales. Es decir, el primer perro sentenciado a prisión perpetua de la historia canina.
En tanto, la víctima, el menor Kevin Vicente, deberá atravesar años de cirugía reconstructiva y mucha gente ha ayudado con dinero para la operación con la que se busca reconstruir la cuenca de su ojo derecho y su mandíbula.
El polémica sobre si el can que atacó al pequeño debe morir o no ha llevado el debate hasta distintas esferas. De hecho, muchos abogados se han interesado en el caso generando una discusión pública en torno a quién es el responsable de que el animal ande mordiendo gente en público.