Tras cumplir su sanción de clausura por 30 días, el bar “Mi Facultad”, por ser un establecimiento que no cumple con las normas, reincidente y tener instalaciones en alto riesgo sería cerrado definitivamente por la Municipalidad Provincial de Trujillo, tras seguirse el debido procedimiento administrativo sancionador.
“En un local que solo origina inseguridad, insalubridad y molestias a los vecinos. Acoge a jóvenes hasta el amanecer, los que aparentemente son de otras ciudades estudian en Trujillo y beben hasta emborracharse saliendo tambaleándose a miccionar en la vía pública, pelear o cometen actos impúdicos”, dijo el gerente de Defensa Civil y Seguridad Ciudadana, César Flórez Corbera.
Le faltaron el respeto a nuestra alcaldesa al negarle el ingreso a su local durante la inspección y en el colmo del descaro y atrevimiento, el viernes último estuvieron en la Sugberencia de Defensa Civil y amenazaron a los ingenieros presentes, agregó, reiterando que es hora de imponer la autoridad pero que ojalá el Poder Judicial no permita que mediante acciones de amparo continúen funcionando.
Por su parte el subgerente de Defensa Civil Igor Quiñones Arroyo señaló: “En la Municipalidad de Trujillo somos respetuosos de las normas, principalmente del debido proceso. Por eso se ha iniciado el procedimiento administrativo sancionador contra el citado establecimiento, lo que debe durar unos 30 días calendario. Mientras tanto, el local permanecerá cerrado”, dijo el subgerente de Defensa Civil, Igor Quiñones Arroyo.
El funcionario adelantó que en este caso se apunta al cierre definitivo ya que el local se encuentra en riesgo alto, no cumple con las normas de seguridad estructurales exigidas por ley y tiene faltas no subsanables.
Reiteró que ante las faltas cometidas “Mi Facultad” debe pagar dos multas superiores a los 5 mil nuevos soles. El local tiene u certificado que vence el 22 de agosto y según se comprobó en la inspección inopinada contaba con instalaciones eléctricas expuestas, no tenía suficientes extintores y contaba con estructura inflamable, por lo que su funcionamiento ponía en riesgo la vida de los asistentes.
En este caso, además, hay constantes quejas de los vecinos por los ruidos molestos generados por el local administrado por Denis Rojas.
“La clausura definitiva lo están viendo los abogados, nosotros, como órgano instructor, vamos a proponer el cierre definitivo, para la tranquilidad de los vecinos, pero siempre respetando el debido proceso, para evitar posibles nulidades” acotó Quiñones Arroyo.