Justicia mandó a prisión a miembro de “La Jauría” que extorsionaba a empresario del Parque Industrial.
Los hombres de negocios del Parque Industrial también son amenazados por las bandas de extorsionadores que operan en todo el distrito La Esperanza.
Así lo confirmó la policía al atrapar a uno de los miembros de la banda “La Jauría” apodado “Oso Will” que mantenía amenazado a un empresario maderero y a su familia.
En el colmo del desparpajo, este hampón cayó frente a una agencia bancaria con el celular desde el cual lanzaba toda serie de amenazas contra la víctima en uno de sus bolsillos.
EXTORSIÓN EN SEMANA SANTA
La historia de terror del empresario maderero de iniciales J.R.C. se inició en plena Semana Santa, miércoles para ser exacto.
Aquel día, varias llamadas telefónicas desbarataron los planes que había hecho con su familia para celebrar en paz la tradicional fiesta cristiana.
El número del cual lo llamaban insistentemente era el 990560775. Desde la primera comunicación una voz le arrebató la tranquilidad.
El hombre detrás del auricular juraba, con tono desafiante, conocer todas sus rutinas, todos sus destinos y juraba también que lo mataría junto a su mujer y sus hijos si no colaboraba.
El requisito que debía cumplir este empresario de 43 años si quería salvar su pellejo y el de los suyos era uno solo: entregar 70 mil soles en efectivo.
Aterrado por las amenazas de muerte, el empresario pidió ayuda a los agentes del Departamento de Secuestros y Extorsiones quienes al mando del Mayor PNP Johnny Zumarán desplegaron el plan para atrapar al cobarde detrás del celular.
“El hombre que llamaba al empresario decía ser de la banda “La Jauría” y lanzaba todo tipo de amenazas. Decía que iba a arrojar una granada de guerra a su local del Parque Industrial y lo iba a destruir y que después lo iba a matar a él y a su familia. Era un desquiciado”, narró uno de los detectives a cargo del caso.
Las llamadas continuaron incesantes el jueves y el viernes santo. La exigencia en dinero era la misma y las amenazas tenían el mismo tono intimidante.
El sábado de gloria, luego de varias coordinaciones, al fin el hampón indicó el lugar y la hora para que la víctima le entregue el dinero. Era la oportunidad para atraparlo.
¡CON LAS MANOS EN LA PLATA!
El extorsionador estaba tan angustiado por llenarse los bolsillos con dinero, que exigió a la víctima encontrarse en la avenida Condorcanqui, justo frente a la agencia del Banco de Crédito de La Esperanza, que ese día, por feriado largo, no funcionaba.
Los detectives rodearon la zona y aguardaron con el fiscal el momento oportuno para apresar al extorsionador. Y ese momento llegó.
A bordo de una motocicleta negra marca Pulsar de placa 5040-2B, llegó el delincuente para recoger el sobre. Con el dinero en sus manos y en flagrante delito, fue atrapado y llevado al complejo policial de San Andrés.
Su nombre es Wilfredo Alexander Bueno Paredes, tiene 29 años, le dicen “Oso Will” y al ser interrogado dijo ser un albañil y que incluso trabajaba para la municipalidad de La Esperanza. Esto no era más que una burda mentira, confirmaron después los detectives.
Le revisaron todos y cada uno de sus bolsillos. Le encontraron tarjetas de crédito, DNI y dinero, pero además, le hallaron la evidencia que demostraba que era el extorsionador, el hombre que la policía estaba buscando. Se trataba de su celular 990560775, el mismo número desde el cual habían amenazado al empresario maderero convirtiendo su Semana Santa en una semana de terror.
Con las pruebas en su contra y la flagrancia de delito, la Fiscalía solicitó su prisión preventiva y el juez la aceptó ordenando que sea internado de inmediato en el penal El Milagro por nueve meses, tiempo durante el cual será llevado a juicio.
En tanto, la policía exhortó a las personas que hayan sido extorsionadas a través del número 990560775 a presentarse en el complejo policial de San Andrés donde se guardará reserva de su identidad y se recibirá su denuncia.
Ahora, los detectives de la Divincri, a la par de ir en busca de los criminales que desatan el terror en Trujillo, están tras los pasos de quienes cobran 400 soles mensuales por hectárea a los agricultores de arroz de Guadalupe, en Pacasmayo, el lugar hasta donde el reino de la extorsión ha extendido sus dominios. (Fuente: Satélite)