Las nuevas medidas dadas a conocer por el gobierno son positivas, pero no enfrentan los problemas centrales del Perú y por lo tanto no permitirán que se recuperen las tasas de crecimiento del pasado inmediato, señaló Gastón Pacheco, presidente de la Asociación de Exportadores (ADEX).
Consideró que los anuncios en el campo tributario y laboral son positivos, como por ejemplo la reducción del Impuesto a la Renta de las personas naturales, pero no se enfocan en el problema central que está frenando nuestro crecimiento: el alto costo de la formalidad que empuja a millones de trabajadores y unidades productivas a vivir al margen de la ley, socavando la institucionalidad y el estado de derecho.
“A nuestro entender, la informalidad es un problema que debilita nuestro crecimiento y desarrollo, lo que en un entorno internacional complicado y competitivo, puede desencadenar un punto de quiebre negativo y no deseado para el país”, dijo.
Entre las medidas tributarias, señaló que en el caso del IR de las personas jurídicas, la disminución sólo será percibida por las grandes empresas y difícilmente se traducirá en un cambio de expectativas en las Mypes, que difícilmente dinamizará la economía.
El líder exportador opinó que se necesitan anuncios más contundentes que permitan revertir el creciente sentimiento de que el Gobierno está reaccionando tardía e insuficientemente frente a la crisis externa. Como bien lo señaló el ministro Segura, el problema que vive el Perú es consecuencia de la drástica caída de sus exportaciones, particularmente de las mineras.
“Siendo así, es inconcebible que se escoja este momento para castigar al sector exportador no tradicional reduciéndole significativamente el beneficio del drawback, poniendo en grave riesgo el empleo directo de más de 100 mil trabajadores y sus familias” advirtió.
Un grave error
El presidente de ADEX comentó que sin una agenda definida y perentoria para la reducción de los sobrecostos que enfrentan nuestras exportaciones no tradicionales, es irresponsable reducir la única compensación que perciben los exportadores y que, en muchos casos, les permite sostener su presencia en mercados internacionales de creciente competencia.
Sostuvo que al margen de las agroexportaciones, el resto de sectores con valor agregado están en una situación crítica y que, como lo muestran las estadísticas de producción, afectan el desempeño del sector industrial en su conjunto.
“Más allá de una discusión académica o teórica, el problema es real para cientos de miles de personas que dependen de que las empresas exportadoras sigan operando. El problema se agudiza para las actividades de mayor valor agregado, como la metalmecánica, químicos y confecciones, entre otras. Al reducir en 20% el beneficio del drawback sin mayor preaviso, se amenaza seriamente la posibilidad de supervivencia de ellas”, refirió.
Restitución
Pacheco consideró que la mejor opción pudo ser haber sido emparejar la reducción de ese mecanismo con la eliminación de las distorsiones que perjudican a los exportadores. “El Perú es uno de los pocos países en los que el precio de los combustibles no baja por su enorme carga tributaria. Eso quiere decir que estamos en desventaja frente a nuestros competidores porque nos vemos obligados a exportar impuestos, lo cual no hace ningún país del mundo”, refirió.
“Solo esperamos que con la misma diligencia con la que se decidió bajar la tasa del drawback, también se tomen decisiones para aumentar la competitividad del Perú y de las exportaciones, dirigiendo especial atención a sus pilares más débiles: la deficiencias en los servicios de las entidades públicas, la corrupción, la inseguridad y las malas prácticas no competitivas, entre tanto debe restituirse el drawback”, concluyó.