El accionar de los delincuentes robacables es de nunca acabar. En la última semana atentaron dos veces contra la Línea 3350, de 34.5 kilovatios, en los días 12 y 17 del presente mes, dejando sin servicio de energía eléctrica a 22,000 usuarios. Estos latrocinios ocurren a pesar de las medidas de seguridad que ha implementado Hidrandina para disminuir el número de interrupciones a causa del hurto de conductores.
Los 02 eventos fueron originados por acto vandálico, a causa del accionar doloso de los delincuentes robacables que suelen cometer este tipo de atentados contra la infraestructura eléctrica de Hidrandina en horas de la madrugada; aprovechando la oscuridad, lo agreste de la zona y la escasa vigilancia policial en las áreas urbanas y rurales de esta jurisdicción.
Cabe mencionar que en ambos casos, inmediatamente después que ocurrieron las interrupciones, personal del Servicio de Emergencia de turno, de Hidrandina, iniciaron el recorrido de las líneas para determinar el punto de la falla, siendo así que en el segundo caso, los técnicos especialistas ubicaron una cuerda de nylon que los delincuentes utilizaron para causar la interrupción entre las estructuras 39 y 40 de la Línea 3350, cerca a la ciudad de Guadalupe.
Según voceros de la empresa agraviada, las jurisdicciones de las provincias de Chepén, Pacasmayo y Ascope son las más afectadas por las gavillas de delincuentes robacables; habiendo robado los malhechores alrededor de 122 kilómetros de conductor en los últimos años, siendo estas localidades y sus anexos las zonas más afectadas en el ámbito de concesión eléctrica de Hidrandina.
La ciudadanía espera que la Policía Nacional del Perú, a través de sus comisarías afincadas en estas jurisdicciones actúen con mayor dinamismo y pongan a buen recaudo a los delincuentes robacables y recaiga sobre ellos sanciones penales ejemplares; teniendo en cuenta que los delitos que cometen son graves pues atentan contra la tranquilidad y paz pública al causar la interrupción abrupta del normal servicio de distribución eléctrica y dejar a oscuras, de esta manera, a cientos de familias de las áreas urbanas y rurales de estas ciudades.