Brian Zembic apostó 100 mil dólares con un amigo a que se sometería a la intervención quirúrgica. Su familia le defiende porque «pagan sus cuentas».
Todo ocurrió en Las Vegas, un lugar donde el juego y las apuestas más bizarras son el pan de cada día.
Sin embargo, lo que hizo Brian Zembic, un apostador profesional que vive en la «ciudad del pecado», supera todo lo visto hasta la fecha.
Todo porque en 1996 apostó con un amigo a que se pondría pechos a cambio de 100 mil dólares.
Además, se comprometió a mantener su extrema alteración física durante un año para cobrar el dinero.
Pues bien, la segunda noticia alucinante de esta historia es que, una vez pasados los 12 meses correspondientes para ganar la apuesta, Zembic decidió que estaba bien con su nueva figura y que no iba a sacarse los implantes mamarios, una decisión que ha mantenido hasta ahora, 17 años después, según informa el Daily Mail.
También ayudó algo el compromiso de su amigo de que por cada año que aguantara con los implantes, se llevaría 10 mil dólares extra más.
«Es una parte normal de mi vida, de verdad lo es, por enfermo que suene, es normal», contó en Inside Edition.
Además, aseguró que intenta cuidar al máximo su figura: «No quiero que empiecen a caerse mucho porque comenzarán a ser repugnantes», asegura con ironía el apostador, quien cree que si se saca los implantes su pecho será como «calcetines mojados con pezones».
En la familia no parecen llevarlo mal, hasta el punto de que su hija de 13 años opina que «esto paga las cuentas», ya que si contamos los 17 años que ha estado con los implantes más el dinero inicial, acumula un total de 270 mil dólares.
¿Para pensárselo?