El lugar natural de todo ser humano, desde la creación, es la familia que está constituida por la pareja y los hijos que hayan procreado, donde los niños aprenderán los principios y valores que guiarán su comportamiento y los que servirán para escoger entre el bien y el mal una vez que crezcan.
Es en ella donde crecen y se nutren, tanto física como espiritualmente, donde se consolida su dignidad de persona y se prepara para enfrentar la vida con los valores que le hayan inculcado. Su experiencia familiar lo marcará para siempre y su respuesta a los retos y desafíos que le depare la vida dependerá, en gran parte, de la formación impartida por sus padres.
La familia, entonces, es fundamental para hacer de sus miembros personas comprometidas con el bienestar de la sociedad; sin embargo en nuestros días por diversos factores, gran parte de las familias de nuestro medio están lejos de constituir el ideal de familia al que se debe aspirar.
La familia es de fundamental importancia para el mantenimiento del equilibrio entre la mente, el cuerpo y el ambiente, de los miembros que la compone. Si uno de sus miembros se halla enfermo o inválido, toda su familia sufrirá las consecuencias psicológicas y socioeconómicas que ello implica; de igual manera las enfermedades hereditarias, la pobreza, la miseria y la ignorancia de los padres impiden el buen desarrollo el niño, aunque éste nazca sano.
La familia constituye el primer y más importante centro de educación en la formación de los valores morales y culturales y, como los niños aprenden lo que ven, es necesario que los mayores conserven buenos hábitos de vida, coherencia en la conducta y brinden buen ejemplo.
Desafortunadamente, el modelo clásico de familia nuclear: padre, madre e hijos que conviven juntos y afrontan la vida como una unidad, se ha venido resquebrajando en las últimas décadas. El modelo de hogares mantenidos por el padre, con la madre en el hogar al cuidado de la crianza de sus hijos, ha quedado relegado en el pasado.
Adicionalmente, el número de hogares desintegrados, se ha incrementado de manera alarmante. Con ello, los índices de madres que trabajan, se ha elevado, dejando la enseñanza fundamental en manos extrañas o en la calle.
En la actualidad debido al proceso de la realidad social que provocó la transformación de la estructura familiar los roles de los integrantes en una familia han cambiado, Este cambio fue lento y gradual, el primer factor desencadenante fue el trabajo de la mujer fuera de la casa.
Este proceso de cambio induce a la familia a situaciones conflictivas y pueden afectar a sus integrantes cuando no poseen la flexibilidad para adaptarse a los cambios que se van produciendo social y culturalmente.
Para superar los conflictos es necesario que cada integrante de la familia cumpla con su función determinada, es decidir su rol; respetando y aceptando las opiniones de los demás; así podrá constituirse en un verdadero grupo familiar cuyo rol juega un papel importante en la sociedad.
Los padres y madres debemos dedicar tiempo de calidad a nuestros hijos, debemos establecer y fortalecer lazos de comunicación con ellos. Debemos enseñarles los principios y valores que deseamos que aprecien.
Debemos entender que las relaciones familiares son más importantes que cualquier otro éxito en la vida. Las familias requieren de apoyo, espacios y actividades que les permitan establecer relaciones sólidas entre sus miembros.
Debemos reflexionar sobre nuestra propia concepción de la familia y rescatarla, fortalecerla y convertirla en el punto de partida de una sociedad mejor. No puede seguir dándose la disolución familiar, la paternidad irresponsable, los hijos criados por la televisión, el Internet, los juegos electrónicos y la soledad.
Es prioritario, que apoyemos con nuestro mejor esfuerzo los modelos familiares que generen hombres y mujeres que se conviertan, a su vez, en individuos que formen familias sólidas.
1 comentario
JAA eso no es??