La playa de Buenos Aires, ubicada en el distrito de Víctor Larco, luce triste y desolada. Ahora sólo se aprecia tierra y piedras de un enrocado donde el Gobierno Regional La Libertad invirtió seis millones de soles para controlar la erosión costera que también afecta a otras playas como Las Delicias.
Los vecinos temen que la bravura del mar llegue hasta sus hogares y colapse sus paredes humedecidas por la brisa del mar que está a solo 30 metros de distancia. Igualmente los pocos negocios como bodegas y restaurantes corren el mismo riesgo, y muchos de ellos se observan vacíos, sin consumidores.
Lucero León Lezama vive 30 años en Buenos Aires. Ella, como muchas familias de la calle Colón, está preocupada porque no tiene los suficientes recursos económicos para darle un mayor soporte y seguridad a su vivienda que amenaza con colapsar producto de la humedad del mar. “Antes tenía una cebichería, por miedo mis clientes ya no querían entrar”.
“Este enrocado ha mitigado en algo la erosión, pero no nos sentimos seguros todavía. Aún estamos en peligro. Soy testigo que el mar embravecido revienta sobre las rocas y rebota hacia mis paredes que ya están corroídas por los hongos. Pedimos a las autoridades que nos donen cemento para asegurar nuestras casas”, expresó.
El burgomaestre Carlos Vásquez indicó que el enrocado no es la solución definitiva para contener la erosión de la playa de Buenos Aires. “Hace una semana en el sector norte de Buenos Aires, en una supervisión que hicimos, se dañó una parte del enrocado por la fuerza del mar. Los especialistas que han hecho este enrocado nos indicaron que sólo durará dos años. Estamos a la espera del estudio para la solución definitiva”. (La República)